PARTE II:
Rosa empezó como todos, con la donación habitual en la que te extraen glóbulos rojos, plaquetas y plasma. Pero al cabo de un tiempo le ofrecieron ser donante de aféresis. “Un día cuando llegué me dijeron que tenía una alerta y a lo primero me asusté. Me explicaron que tenía muchas plaquetas y que si me interesaba donar por aféresis. Era más tiempo, pero de esta forma se selecciona el componente que se quiere. Es una manera de donar más concreta”.
Por su elevado número de plaquetas, Rosa acostumbra a hacer donaciones dobles, es decir, en lugar de una bolsa le sacan dos. “Te lo ofrecen y yo siempre digo que sí. Porque cuando voy a donar me aseguro de tener el día libre para dedicar el tiempo que haga falta. Así se aprovecha una donación para dos dosis de plaquetas”.
Para Rosa, lo ideal sería que todo el mundo fuese a donar para que las reservas estuviesen siempre llenas y que no hiciesen falta los mensajes de emergencia. Cree que hace falta concienciación, incluso llega a decir que la donación debería ser casi obligatoria. “Por supuesto que es un acto solidario y altruista, pero nos preocupamos por unas cosas y sentimos la obligación de hacer tantas otras, que quizá deberíamos entender la donación como una responsabilidad. Hoy en día si salimos de casa con poca batería en el móvil, nos preocupa si nos bastará o no. Esa es la mentalidad que tendríamos que trasladar a la donación. Si estamos dispuestos a perder horas en la cola de un concierto, creo que es un poco egoísta no dedicar 30 minutos cada tres o cuatro meses a donar”, reflexiona.
Hay personas que por motivos serios no pueden donar, ya sea por salud o porque en algún momento no se cumplen todos los requisitos. Rosa lo sabe y lo entiende. Sin embargo, hay un gran número de personas sanas que podrían donar y no lo hacen. Habrá que por desconocimiento y habrá que porque no quieren. De no ser por los donantes, el bebé de la historia de Rosa habría perdido a su madre. Una tragedia que se habría sumado a muchas otras, pero que realmente se evitan, gracias al altruismo y al valor de la donación de sangre
🖋 Andreu Vidal Bustamante
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